El trabajo interdisciplinario es fundamental para atender las necesidades actuales tanto del mercado como de la sociedad. Se necesita del cruce de los conocimientos de investigadores de diferentes áreas para nutrir los resultados y conclusiones que se pueden alcanzar.
En este sentido, el Centro Avanzado de Ingeniería Eléctrica y Electrónica, AC3E, ha propiciado espacios en los que estudiantes y profesionales de diversas áreas puedan colaborar, generar conocimiento y productos que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas.
Este es el caso de Priscilla Vergara, quien estudió Fonoaudiología en la Universidad de Valparaíso, con el objetivo de conocer en profundidad el ámbito de la salud, la ciencia y el lenguaje y comunicación, y durante el 2017 desarrolló su proyecto de tesis en dependencias del Centro.
Cuando llegó a su cuarto año de estudios comenzó a interesarse cada vez más en la investigación e iba de voluntaria a los laboratorios del AC3E, motivada por su profesor guía Cristián Castro quien trabaja en varios proyectos en conjunto con el actual director del AC3E, Dr. Matías Zañartu.
Ella junto a su grupo, desarrollaron su trabajo de tesis relacionada a la “Perturbación de los parámetros acústicos en pacientes con nódulos vocales después de perturbar el feedback auditivo”.
“Era un trabajo en conjunto entre las universidades, ya que el AC3E tenía mucha tecnología en cuanto a software y también instrumentos clínicos para evaluar, por ejemplo, la laringe a través de una cámara de alta velocidad que era el elemento de mayor importancia para nosotros los fonoaudiólogos, ya que en toda Sudamérica hay muy poquitas cámaras de ese tipo y una de las que hay está precisamente en el Centro”, mencionó Priscila Vergara.
El trabajo colaborativo se daba entre los físicos, ingenieros y electrónicos que creaban programas que facilitaban el análisis de patologías vocales, y los fonoaudiólogos que aportaban con la parte clínica, interpretando los datos que se habían conseguido.
“La experiencia la describiría como súper enriquecedora. Es interesante ver cómo diferentes disciplinas pueden colaborar con el fin de ayudar en el ámbito médico a un paciente. Darles sentido a todos estos datos a través de una aplicación clínica y luego obtener diagnósticos, causas de patologías, y abordarlas con un tratamiento adecuado”, señaló.
Uno de los aspectos que más destaca en su paso por el Centro, fue la posibilidad de trabajar junto a profesionales de otras áreas, que si bien podían realizar labores muy distintas, complementaban su formación académica y profesional.
“El trabajo interdisciplinario ayuda al desarrollo profesional integral, ya que nos abre esa capacidad de adaptabilidad y entender que podemos trabajar junto a otros profesionales y enriquecernos el uno del otro, a partir de sus conocimientos y a usar esto en beneficio de los usuarios, de aquellas personas que estén buscando nuevas opciones de tratamiento. La combinación de disciplinas es fundamental para llegar más lejos”, concluyó.