María José Escobar Silva Directora General de Vinculación con el Medio UTFSM, investigadora AC3E, Presidenta de EIVA 66 responsable de la lA generativa.

Ciertamente, no podemos frenar el desarrollo tecnológico, por lo que debemos anticiparnos a idear propuestas que faciliten un desarrollo Salto cuántico a la lA generativa tiginoso desarrollo de la inteligencia artificial (1A), que hoy, con la llegada de aplicaciones como ChatGPT, han sacudido al mundo, obligando a pensar en las posibles implicancias de su uso para las actuales y futuras generaciones. Pero esto no es nuevo. Como sociedad que busca el progreso, siempre hemos construido máquinas para reemplazar habilidades humanas. Desde los inicios de la civilización, las máquinas han buscado reemplazar habilidades físicas.

La gran diferencia, es que con el avance tecnológico y la lA, se ha dado un salto, permitiendo emular algunas de nuestras capacidades cognitivas, desarrollando algoritmos que recrean algunas de estas funciones, tales como el reconocimiento de imágenes, optimizar rutas de un punto a otro, personalizar contenidos en RRSS, resumir textos, etc.

La llegada de ChatGPT y otras aplicaciones nos muestran el potencial de otra aplicación de herramientas de lA, que es la lA generativa (generative Al) En este caso, más que resolver un problema en particular, el algoritmo crea contenidos. Estos contenidos pueden ser nuevas imágenes, videos, textos, relatos, noticias creadas de forma artificial a partir de los datos utilizados para entrenar estos algoritmos.

Así, nuestra cotidianidad se ve inmersa en una mezcla de contenidos digitales reales, junto a otros creados artificialmente, desafiándonos a poder distinguir ambos mundos, y darles un uso responsable que permita una sociedad próspera y equitativa. Ciertamente no podemos frenar el desarrollo tecnológico, por lo que debemos anticiparnos a idear propuestas que faciliten un desarrollo responsable de la lA generativa, de forma que beneficie a todas y todos.

Es en esta línea, que durante junio el Banco T an solo un año atrás, habría sido imposible predecir el verEconómico Mundial publica un listado de 30 recomendaciones sobre el uso y desarrollo de la lA generativa, que fue el resultado de una reunión sostenida entre más de 100 expertos en lA de todo el mundo (academia, mundo público, privado y sociedad civil).

Dentro de estas recomendaciones se releva la importancia de realizar desarrollos abiertos, en donde se transparenten los sets de datos con los que se realizaron los entrenamientos, que es una de las grandes alertas que despierta ChatGPT, en donde no hay garantía que sus respuestas estén manteniendo y amplificando sesgos existentes en nuestra sociedad, o aún peor, creando nuevos. Además, se recomienda la necesidad de trabajar en un lenguaje común entre todos los stakeholders y focalizar estos desarrollos al ayudar al ser humano y a las necesidades de la sociedad.

Es necesario garantizar que todas las partes participen en este proceso de manera de garantizar que el comportamiento de los desarrollos estén completamente alineados con los propósitos, objetivos y principios éticos humanos (A! alignment). Para los formuladores de política pública, el llamado es a priorizar el desarrollo de lA generativa hacia el bien de la sociedad o áreas que no han sido atendidas. Además de promover fuertemente las colaboraciones internacionales, invertir en infraestructura que nos permita como país ingresar activamente en esta era. Por otro lado, el sector privado debe también contribuir a proveer datos que permitan mejores entrenamientos y algoritmos, a co-diseñar incentivos que promuevan la coordinación públicoprivada y el desarrollo responsable de esta tecnología.

La lA dejó de ser un tema de programadores y debe abordarse de forma multidisciplinar en donde necesitamos equipos de trabajo de diversas formaciones, ciencias y humanidades, hombres y mujeres, formas de pensar diferentes, que nos permitan vislumbrar no tan solo los beneficios, sino que también el impacto que la adopción de estas tecnologías presenta en nuestra sociedad.

Fuente: El Mercurio de Valparaíso